Tradicionalmente, Navidad y Año Nuevo han sido épocas para compartir con familiares, amigos, compañeros, conocidos… Son tiempos para compartir, intercambiar regalos y propender a la integración de las familias y grupos sociales.

Este año, la amenaza de un aumento de contagios de coronavirus, que podría derivar en un incremento de casos graves y hasta mortales, como ocurrió con el primer feriado de octubre, hace necesario que las personas limiten esas tradicionales actividades y las reduzcan, de ser posible, a su entorno familiar.

Pero, al mismo tiempo, se requiere, más que la decisión, la participación de las autoridades en el control, habida cuenta de la comprobada indisciplina que todavía impera en muchos sectores frente a las medidas sanitarias establecidas.

La responsabilidad debe ser compartida, pues de poco servirán los más estrictos controles si los ciudadanos no ponen en práctica el cuidado y la prevención; y tampoco será efectiva la preocupación de la sociedad si las instituciones no controlan los excesos que nunca faltan.

Hay que cuidarse, mucho más en épocas como diciembre, pues la pandemia sigue amenazando la salud y el bienestar de todos.