Pero ahora sí, la cosa es diferente; terminó la búsqueda, que premunido de una lámpara, igual que Diógenes, el ingeniero Enrique Villavicencio recorría la geografía manabita en pos de encontrar al mesías, y su tesonero afán dio sus frutos y culminada su misión pudo gritar a los cuatro vientos ¡Ya tenemos presidente manabita! con la presencia en la lid electoral del abogado Guillermo Celi Santos como candidato.

Magnífico candidato diría yo, con muchísimas probabilidades de triunfar, si Manabí así lo quiere y le da una votación caudalosa y siendo un poco cautos nos atreveríamos a pronosticar para llegar a la segunda vuelta: y si esto se logra, estimados lectores, tabla llena, como se dice en el juego del bingo.

Aclaro que esta apreciación se basa en el hecho de que si da la segunda vuelta con Lasso, el electorado indígena se volcaría a favor de Celi, porque con Nebot tienen una cuenta pendiente, cuando en octubre del año pasado, en olímpico desprecio durante el levantamiento liderado por este sector del pueblo ecuatoriano, los mandó a quedarse no más en el páramo.

Entonces, qué más quiere Manabí.

Ya tenemos candidato, y de los buenos, que ha demostrado, en su trajinar como político y como legislador, alta solvencia moral y ha sabido responder a la misión que le dio el pueblo de trabajar por el engrandecimiento de su terruño y no ha sido cuestionado por actos y procedimientos corruptos.

Y lo que expreso más arriba también lo han expresado distinguidas personalidades del quehacer manabita, no de forma directa pero el mensaje es claro. En sus artículos los periodistas, aunque sin dar nombres, dan a entender que Manabí no debe desaprovechar la oportunidad que tiene y que no se volverá a presentar en muchísimos años, me estoy refiriendo a Childerico Cevallos, Walter Andrade Castro y otro distinguidos periodistas de opinión, igual que en su carta póstuma también lo ha recomendado don Lauro Fernández Cevallos (fallecido), pero todos ellos dando a entender que la opción es ahora con Guillermo Celi Santos. No lo nombran pero yo sí, pues mi estilo es más directo, lo digo: No hay otra opción, la opción es Guillermo Celi Santos.