Actualizado hace: 928 días 10 horas 34 minutos
Enrique Delgado Coppiano
Pensando y haciendo

Sábado 24 Octubre 2020 | 04:00

Quienes en verdad amamos la patria y esperamos con nuestra participación que el pueblo ecuatoriano viva mejores días, tenemos la obligación de analizar cuidadosamente y, reuniendo a todos con quienes hablamos, entender con nuestro voto que tenemos que dar un golpe benéfico de timón a los ya cercanos días en que decidamos por quiénes vamos a votar, escogiendo con esto a elementos que cumplan con serio civismo los años venideros de Ecuador. 

Votemos luego del análisis indicado por quienes consideramos que en su vida y accionar en verdad es serio, justo, sincero, con capacidad de trabajo social, con antecedentes que así lo demuestran; no solo porque requieren hoy el voto, sino que su vida sea un verdadero hecho y sentimiento de conocer los 22 cantones de Manabí, con su gente, con sus locales escolares, casas de salud y su producción económica y aspiraciones de mejoramiento en todo lo posible para sus paisanos que  lo respaldarán por ahora y siempre. 
Honestos en sus actos y relaciones con entidades, que tiene que entregar también sus responsabilidades a una gran población que cada día labora con ahínco por ser mejor a la tierra hermana montuvia que con su esfuerzo, trabajo y producción ayuda a un Ecuador justo y emprendedor.
Escojamos a quienes presenten los perfiles más idóneos para gobernar y actuar en representación de la población, analizando la conveniencia de cada candidatura, dejando de lado promesas irrealizables, oportunismo y simples afanes de figuración.
Quien sea, dama o caballero, que aspire a representar en el parlamento a Manabí, tiene que conocer todo el territorio de la cuna de Alfaro, insigne mandatario que honró a su provincia y a la patria. 
Empiecen, damas y caballeros que ponen sus arrestos políticos en llegar al Parlamento, a visitar todos los cantones, conocer más de sus parroquias y ciudadanía, llegar al corazón montuvio y lograr el voto que lo encumbre al parlamento y desde ese sitial luchar por una provincia próspera y laboriosa. 
Tierra bendita Manabí, productora y trabajadora, desde la selva tupida que produce cacao, plátano, carne, leche, madera, para todo el país y requiere talentos que con leyes y hechos vayan cada día bregando por mejoras ciertas para su creciente población, con laboriosos cantones y parroquias que unan a los propios y a todos los que sirven en Manabí, como lo ansiara Alfaro el Grande, honra y prez de Manabí y la patria.
 
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