Actualizado hace: 930 días 21 horas 7 minutos
Universitas
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Por: Leonardo Moreira Delgado
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Jueves 22 Octubre 2020 | 07:00

El origen de la aparición de la universidad fue con el fin de formar a los jóvenes en las profesiones “clericales”: la Teología, el Derecho y la Medicina, como facultades mayores; como facultad menor la de Artes o Filosofía (base de toda sabiduría posible según los griegos). 

“Eran instituciones de la cristiandad, reconocidas por una bula papal, su lengua era el latín y los saberes que enseñaban, estaban articulados sobre la concepción católica del hombre”. Sus métodos eran escolásticos: razonamiento y discusión.
La humanidad, a través de los siglos, ha ido germinando un universo de conocimientos, ahora online y virtual, transmisión que hay que entenderla como la búsqueda del nacimiento a un nuevo tipo de ciudadano. 
Es válido pensar que, como consecuencia de esto, entendidas las “Universitas” como generadoras del saber, se les atribuyó el carácter de “Alma máter” en el sentido de engendrar y trasformar al individuo por obra de la ciencia y del saber. (“madre nutricia”, “alma” es un adjetivo, que significa alimentar, hacer crecer).
La buena madre de familia es aquella que procura alimentar y proteger a sus hijos, de modo que crezcan sanos y fuertes. En el plano intelectual, la universidad debe ocupar ese rol promisorio del hombre y la mujer, debe facilitarles aquellos elementos culturales que los hagan crecer interiormente, pero sobre todo “personas capaces de concebir un ideal, de gobernar con sustantividad su propia vida” y de producirla mediante la armoniosa sociedad del conocimiento de todas sus facultades.
Las “Universitas” comprenden la diversidad de las ciencias y de las disciplinas convergentes en la unidad del saber. Recordemos que con el término “episteme” los griegos reconocieron el triunfo de la inteligencia, al penetrar ésta mediante la observación y el pensamiento filosófico, en la naturaleza misma de las cosas y los fenómenos, superando el mito y las ficciones en torno a ellas, con razón suficiente y sustentable.
La autonomía debe ser considerada, al menos desde dos aspectos: Por uno, la autonomía propia del poder del saber y la ciencia que la faculta para fijarse sus propias normas y métodos y los límites de su propia expansión y propósitos. Por otra parte, la autonomía de la ciencia y el saber, como tales, tienen una función social que cumplir, necesitando un espacio jurídico, solo aquí puede intervenir la regulación del Estado.
 
Leonardo Moreira Delgado
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