El alcalde Agustín Casanova explica que esta meta se logrará con un incremento de la oferta de bienes y servicios para atraer más gente al cantón, lo que va a dinamizar la economía.

Es “la visión trascendente, que tiene que romper todos los conceptos”, que engloba los objetivos del Plan de Desarrollo y  Ordenamiento Territorial con proyección al 2035, con un modelo de gestión que determine los problemas en base a la planificación, la organización, la dirección y un sistema de control automatizado.

Destaca como una fortaleza que la dependencia del Estado bajó del 75,8% en el 2014 a 53% en la actualidad, lo que permite aumentar la capacidad de endeudamiento para ejecutar proyectos como el del plan de agua para las parroquias, con financiamiento internacional.

 Con un plan de desarrollo claro, sabe qué quiere, está clarísimo cuál es la estrategia para agrandar su valor agregado neto.

El valor agregado neto estaba en 1.300 millones de dólares cuando asumimos la administración, subió a 1.800 millones de dólares, bajó con el terremoto a 1.500 millones dólares, pero lo importante es que la política que se implemente tiene que ser sostenible e incremental. La meta es alcanzar los 2.200 millones de dólares de valor agregado neto en el 2022, en eso es en lo que hay que trabajar, armar la estrategia, para eso nuestra opción es generar infraestructura que atraiga gente de otros territorios a consumir en el nuestro.

 En el terremoto planteamos algunas infraestructuras porque hubo la oportunidad, porque los recursos llegaron. En la pandemia, he señalado que se enfoque más en lo social y en lo ambiental.

Estamos planteando la consecución de recursos verdes, vamos a incrementar las áreas verdes, a postular la regeneración de la playa de Crucita, los cinturones de colinas, los temas de emisión de gases de efecto invernadero, una serie de proyectos que le demuestren al mundo nuestro compromiso para el tema de reducción del calentamiento global.

 Hay que generar un mejor clima de inversión en Portoviejo. Ya hubo una propuesta de exenciones tributarias, básicamente para el sector salud, turismo, gastronómico.

 Las leyes están enfocadas para el fomento de la gran industria agropecuaria, no de la mediana y la pequeña industria. Hay que trabajar en eso, pero usted tiene que ponerle, por ejemplo, un CIAL donde se compre a un precio razonable, pero al mismo tiempo se dé cierto nivel de transformación, para ampliar la oferta de exportación a través de Manta.

Ochenta obras están ejecutándose, por adjudicar o contratándose, lo que va a reactivar la economía.

Hay que sentarse con la mesa técnica, para que ellos nos digan qué necesitan del municipio.  Para mí es súper importante que la UTM pase de 28.000 a 40.000 estudiantes, que la San Gregorio pase de 3.000 a 5.000 alumnos, porque si más estudiantes vienen de otros territorios generan arriendos, venta de alimentos, dinero, en la ciudad.

Vivimos una época excepcional en todo sentido, pero lo importante es tener el concepto claro entre la universidad, el municipio y la propia sociedad.

Estoy proponiendo incluso que se lo trabaje con los movimientos políticos para evitar el borre y va de nuevo que ha sido tradicional. Nadie puede ejecutar un plan de desarrollo en cuatro años, pero quedan sentadas las bases. Decirles aquí está el plan, ha costado millones de dólares, mucho esfuerzo, tomen de allí para sus planes.

La deuda del gobierno central lo que genera es un problema de flujo. Ya transfirió $ 3 millones, la deuda es de $ 7,5 millones en alícuotas y devolución del IVA, eso es iliquidez que se la traslado a quien le debo. No me ha generado problemas con los proveedores.

Sí, yo sí lo voy a hacer cuando termine la pandemia, pero este año me parecía hasta grosero a la conciencia ciudadana.

Será igual como estaba

proyectado, en el paso

lateral y avenida Universitaria.

 Significa que este es un municipio humano y equitativo. 55.000 personas que serán beneficiadas viven en riesgo, toman agua con niveles de grosor muy fuertes, con alto nivel de minerales, y nadie se preocupó de ellos.

Ese es mi proyecto, ese es el proyecto por el cual fui a la reelección. Insisto, un alcalde citadino con esos 122 millones pudo haber hecho 600 calles, y eso son aplausos, placas, reelección, pero el sector rural seguiría botado, abandonado.

Le ha tocado dirigir el cantón en el terremoto y la pandemia. ¿Qué experiencia le han dejado?

Que si no planifica, que si no se organiza con equipos altamente profesionales, que si no dirige con valor, con compromiso con la ciudad, no va a ningún lado. Y si no controla bien, la gente no hace las cosas.

Una desgracia siempre será una oportunidad porque hay apoyo internacional, porque hay líneas de crédito locales e internacionales que posiblemente en un periodo normal no existan.

Nos preocupamos por nuestros muertos, por recuperar los servicios básicos, por recoger los escombros, pero también nos enfocamos en buscar qué oportunidades hay, no nos pusimos a llorar. En la pandemia, que es más complicado que el terremoto, les estoy diciendo vamos a buscar esos fondos que nadie está buscando.

Cuidándose y con optimismo. Les digo que trabajemos juntos, que nunca hemos dicho que este es un proyecto perfecto, pero lo levantamos, pero no es de llegar con posiciones personales. Y cuando digo esto, no digo posiciones personales por intereses económicos personales, digo por caprichos.

Aquí en  Portoviejo a muchos de los detractores, si usted les pregunta por qué se oponen, no tienen argumentos, pero si tuvieran argumentos discutamos, yo les prometo a los detractores que cambio mi posición, pero que les quede claro que yo amo a Portoviejo y por Portoviejo, cueste lo que cueste.