David Gómez fue uno de los organizadores de la feria del año pasado, quien lamentó que el COE Cantonal no les haya dado los permisos para realizar la feria de una manera ordenada y cumpliendo con los protocolos, pues eran muchos los comerciantes que estaban con expectativas de trabajar.

“Era una feria demasiado grande para todos, no solamente para el comercio, sino para el turismo porque llegaba gente de todos lados”, señaló Gómez, quien calculó que cada año la feria movía entre 70 mil y 80 mil dólares.

Por eso trataron de realizar esta tradicional actividad que albergaba a más de 300 comerciantes, aunque esta vez pensaban hacerlo con un menor número, pero al menos para que la gente sintiera ese espíritu de fe y de fiestas a la vez, con los juegos mecánicos.