Actualizado hace: 937 días 2 horas 51 minutos
Locales como bares, restaurantes y otros se convirtieron en tiendas de víveres

En una esquina donde hasta marzo las farras y las copas se extendían hasta la madrugada ahora, desde hace tres meses, se exhiben legumbres y víveres.

Domingo 06 Septiembre 2020 | 18:53

 Un bar que funcionaba en la calle Río Quevedo y avenida Abraham Calazacón debió cerrar a causa de la emergencia sanitaria y Raúl Paredes vio su oportunidad para arrendar el local y ponerse el actual “Minimarket Raúl”.

Él también se vio afectado en su anterior negocio, tenía una licorería bar ubicada en la zona del Arbolito.
Paredes dice que la venta de productos de primera necesidad es el negocio que está en apogeo, por ello no lo pensó para emprender y seguir sustentando su hogar.
Aunque reconoce que la actividad de las tiendas es demasiado ejercida a raíz de la pandemia, pero no tiene más fuentes de ingreso.
Su tienda se ubica diagonal a la zona rosa, donde también se han aperturado dos minimarkets, reemplazando a discotecas.
“Se arrienda este local”, es el anuncio común a lo largo de este sector donde funcionaban los centros de diversión nocturna.
El alcalde de Santo Domingo, Wilson Erazo, dijo rotundamente que no se permitirá que los bares, karaokes o discotecas abran una vez que culmine el estado de excepción.
Una de las opciones a las que han tenido que acogerse los dueños de bares ha sido cambiar la razón social o actividad, según el intendente Wilson Rumiguano.
 
> renunció. María Teresa Vega dejó su trabajo y también abrió una tienda, actividad a la que su familia se ha dedicado.
Ella es enfermera, laboraba en una farmacia, pero como bajaron las comisiones y aumentaron las horas pensó en vivir de algo propio.
Ahora arrienda un local en la avenida Río Lelia. Allí antes había un salón de belleza.
Cuando dejó su empleo, Vega pensó en ponerse una farmacia, pero el presupuesto no alcanzaba “y arriesgarse a un capital bien grande es duro”.
La joven empezó con poco, ha ido aumentando la línea de productos con base en un estudio de mercado que ella misma inició.
Nancy Guanga lleva un par de semanas que reaperturó su restaurante, que ha funcionado durante 14 años en la Río Lelia, “el día en que se vino la pandemia tuvimos que cerrar por tres meses”, cuenta.
Pero ella y su familia no se quedaron de brazos cruzados, tenía 30 dólares los que invirtió en la compra de plátano para vender, les fue bien durante la cuarentena, de marzo a mayo. También ofrecieron carbón y guineo.
Su hijo, David Solórzano, pensó en abrir una tienda aprovechando el espacio donde era el restaurante.
Nancy relata que su hermano también tuvo que cambiar de actividad, dejó su labor en su escuela de natación y abrió el local donde tenía una bodega y que pasaba cerrada para vender algo de bebidas o víveres.
En la misma avenida una plaza de comidas se ha convertido en un “supermercado”, lleno de frutas y legumbres.
En este sector, de los 15 restaurantes que funcionaban a lo largo de la arteria, cerraron más de seis.
 
Compartir en Facebook
Compartir en Twitter
  • ¿Qué te pareció la noticia?
  • Buena
  • Regular
  • Mala

Más noticias