El papa Francisco bautizó personalmente a las niñas siamesas de dos años unidas por la cabeza procedentes de la República Centroafricana que el pasado julio fueron separadas en una delicada y pionera operación en el hospital pediátrico Bambino Gesú gestionado por el Vaticano.
Las niñas de dos años, Ervina y Prefina, habían llegado a Roma en septiembre de 2018 para ser sometidas a la operación que practicó con éxito el 7 de julio en el hospital de la capital.