Su descontrol es tal, que obliga a la sociedad organizada ipso facto intervenir, ya que, si no se inmuta con tanta barbarie social, no seremos dignos de que la historia, suprema jueza de los hechos, mañana nos perdone, en razón de que ya no quieren hacerlo los gobiernos, la justicia, la fuerza pública, que evidencian vivir en un círculo vicioso, solo con líricos anuncios que, de acuerdo al gran volumen de los robos, los “cáiganse quien cáiganse” son minúsculos.

Al no ser por las redes sociales y los medios de comunicación, que permiten hacer virales estos delitos, ni siquiera nos hubiésemos enterado dónde ha ido a parar parte del dinero que descaradamente se han robado y que tanta falta le hace a la población. 

Si ya las autoridades, responsables de controlar y sancionar la corrupción, en su mayoría han escogido el camino de la impunidad, a lo mejor para proteger protervos e insospechables fines y no hacen funcionar las “armas” estipuladas en las leyes, no queda otra que activar lo que otrora hicieron cantantes de música protesta, para combatir este flagelo, con su noble “arma”, logrando derrotar a burócratas, gobernantes y politiqueros corruptos.

Volvamos a la difusión de la música protesta y de reivindicación social, en portales de las instituciones del Estado, plazoletas, parques y calles, a más de alegrarnos las vidas en este obligado e injusto aislamiento, valdrá para mostrar el inconformismo ante esta pandemia, brotada de esa “caja de Pandora” que, para desgracia de los ecuatorianos, la abrió desde el 2007 uno de los gobernantes más corruptos que ha tenido la historia republicana de Ecuador.

Bienvenidos, Leonard Norman Cohen, Violeta Parra Sandoval, Joan Manuel Serrat, Mercedes Sosa, Silvio Rodríguez Domínguez, Víctor Jara Martínez, Facundo Cabral Cortez, Piero Franco De Benedictis, Joaquín Martínez Sabina, Alejandro Federico Lerner, Édith Piaf, Bob Marley y Malvina Reynolds, desde acá o desde el más allá, ayúdennos a inmunizar nuestros espíritus, para derrotar estas pandemias politiqueras.