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Pedro Pablo Jijón Ochoa
El día después

Estamos soportando el sitio de un enemigo desconocido y letal, donde un ejército sin pertrechos nos está defendiendo ferozmente. ¿Qué pasará el día después en el que podamos abrir la puerta y salir de la cuarentena impuesta por las autoridades por el ataque de esta pandemia?

Viernes 24 Abril 2020 | 04:00

 Estamos soportando el sitio de un enemigo desconocido y letal, donde un ejército sin pertrechos nos está defendiendo ferozmente. ¿Qué pasará el día después en el que podamos abrir la puerta y salir de la cuarentena impuesta por las autoridades por el ataque de esta pandemia? 

Encontraremos un país devastado que tendremos que reconstruir en todo sentido; desde lo emocional hasta lo financiero. A algunos de los nuestros ya no los volveremos a encontrar, seguramente adoptaremos nuevas costumbres de vida y de alimentación. 
Cierto es que, esta pandemia, como todas las registradas en la historia, nos sorprende desarmados de lo más básico. Como un adecuado presupuesto estatal destinado a salud. También es cierto que el sector que está sosteniendo la crisis y ha sostenido en otras pandemias mundiales, ha sido el sector agropecuario, que provee de alimentos en la cuarentena y mitiga las hambrunas. 
Recordemos que por muchos años Asia y Europa soportaron una pandemia que diezmó la población y causó una brutal crisis financiera: la peste bubónica o peste negra (primeros brotes en el año 1350). Mucho se ha dicho del origen, pero el más lógico es que fuera transportado por ratas e inoculado por las pulgas que estas transportaban, diseminada a través de las rutas mercantes marítimas. 
La crisis sanitaria provocada por la peste negra, inmediatamente se transformó en crisis financiera, por la especulación de los comerciantes que adquirían cosechas y tierras a bajo costo, e a renglón seguido en conmoción social y hambruna continental. 
El Rey Luis XVI (Francia 1754 - 1793), inducido por un Sr. Parmentier, ordenó la siembra y consumo de la papa, llegando así a abastecer de este nuevo y raro alimento a la población, y distribuirse poco a poco por toda Europa, mitigando el hambre. Es así como un producto agrícola incaico, introducido a Europa por los españoles salva de la hambruna al Viejo Continente.
Revisando la historia y saboreando la experiencia actual, debemos recordar el día después, plantearnos el reto de rediseñar sistemas de salud y fomentar fuertemente la agricultura con importantes presupuestos estatales, al ser ambos sectores derechos de la población.
El día después, los mercados tendrán nuevos requerimientos, las costumbres de consumo cambiarán. Se afinarán los sistemas productivos.
El día después reconoceré la fragilidad del hombre, abrazaré más, reiré más, seré más humilde, departiré más con gente sencilla, disfrutaré de las cosas simples de la vida.
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