Fue a esa hora cuando, el 16 de abril del 2016, la tierra tembló. 

Un terremoto de 7,8 en la escala de Richter cambió la vida de manabitas y esmeraldeños y la fe se fortaleció en medio del caos y la destrucción.

Por ello la Arquidiócesis de Portoviejo está pidiendo a los sacerdotes que a esa hora se realice algo especial, antes de las misas de las 19h00 que están oficiando y que se transmiten por canales virtuales, ante la imposibilidad de realizar actividad en los templos y otros espacios públicos.

Se ha pedido que las misas en todas las parroquias se ofrezcan por las víctimas y los afectados del sismo, que se haga algo especial a esa hora, indicó el Arzobispo Eduardo Castillo.

Monseñor dijo que en la grave emergencia sanitaria que vive el mundo “todos sufrimos, todos padecemos, esa es una realidad, y muchas cosas no están en nuestras manos pero otras sí las estamos logrando con el aporte y la solidaridad de nuestros semejantes, con paciencia y perseverencia”