En el campo, las labores no paran y con ello se garantiza el abastecimiento de alimentos de las ciudades.

El estado de emergencia permite a los jornaleros continuar con sus labores aunque, como todos, han tenido que adaptarse.  

Leonidas Vera labora en una plantación de verde en la parroquia Puerto Limón y ha tenido que cambiar sus horarios de trabajo debido al toque de queda.

Los héroes del campo ahora laboran desde las 06h00 hasta las 12h00. Esto les da tiempo para llegar caminando, en moto o en mulas a sus casas y respetar la restricción.

“Antes trabajaba de 07h00 a 15h00. Me tocaba llevar la vianda (comida)”, indica el manabita.

Pese a trabajar, las condiciones en el campo se han complicado. Son pocos los compradores que llegan a las fincas a adquirir productos.

A los animales. Los bajos precios del plátano han hecho que en algunos casos la cosecha sea empleada como alimento a los animales.

Wladimir López, ocupó media tonelada de barraganete para darle de comer a las reses que tiene.

Las jornadas en el campo no han parado, pero sí se han modificado. A falta de mascarillas, los jornaleros se cubren la cara con trapos.