El mundo se cansará de escribir sobre las recientes elecciones primarias argentinas, eso son las PASO (primarias abiertas simultáneas obligatorias).
El mundo se cansará de escribir sobre las recientes elecciones primarias argentinas, eso son las PASO (primarias abiertas simultáneas obligatorias).
Se podrán dar mil y un explicaciones sobre el resultado como para hacer digerir a ese mundo el desenlace imposible, pero nada bastará para que se pueda entender cómo un país de la calidad de Argentina, que hasta la década del 30 del siglo pasado formaba parte del club de los diez países más ricos del mundo, que su producto interno bruto era el 50 % de toda la América Latina de ese entonces; un país que ha producido lumbreras en todos los órdenes desde los deportes hasta las ciencias exactas pasando por la literatura, música, medicina; un país donde aún se forman en sus universidades profesionales de todo el mundo; un país que ha producido cinco premios Nobel; un país con recursos naturales inmensos; un país con empresas que “juegan en las grandes ligas” del mundo de los negocios, haya votado masivamente por una tendencia que cuando estuvo en el poder, hace sólo tres años y medio, esquilmó las finanzas públicas y se constituyó en mal ejemplo para todos.
No basta decir que con Macri todos los precios se han ido a las nubes, que se redujo bruscamente el nivel de vida de todos, que se arrodilló, como suelen decir los alienados, al Fondo Monetario, endeudando aún más a la nación y que estas son suficientes razones para votar en las primarias por Cristina y su combo. Me parece que no debió ser así.
Si no se quería a Macri, había otras opciones. Es que luce imposible que se vote por alguien que tiene no una ni dos ni tres ni cuatro, sino trece causas judiciales y van desde asociación ilícita pasando por lavado de dinero, encubrimiento, enriquecimiento ilícito, contratación pública dirigida, sobornos, negligencia, una de ellas causó un perjuicio de 3.500 millones de dólares al fisco y no se sabe aún con certeza si se cometió hasta un crimen
A su hija se le encontró cuatro millones de dólares en efectivo en el casillero de seguridad de un banco y están presos algunos de sus empresarios aliados por delitos comprobados. Nada es ficción.
Y pensar que con estas credenciales que deberían llenar de vergüenza y ganas de meterse en un pozo profundo, Cristina se presente como candidata a Vicepresidente de Argentina y gane ampliamente las primarias, resulta sencillamente ¡increíble!
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