A Max le gustaba jugar con Cabrita. El uno era rescatado, la otra era protegida por los vecinos. Ambos fueron envenenados el domingo en Portoviejo.
“Creo que es una persona a la que no le gustan los animales, no le hacen daño a nadie”, dijo Mariana Arteaga, quien afirmó que ya van 10 perros y algunos gatos envenenados.