El Imperio romano ha dejado su legado hasta nuestros días. Cuando Augusto Octavio llegó a ser emperador impuso un sinnúmero de medidas autócratas y sin interés de beneficio público, una de las más descabelladas fue cambiarle el nombre de agosto al mes de Sextillus y de aumentarle de veintinueve a treinta y un días para equipararse al antiguo dictador Julio César en donde se hizo lo mismo con el mes de julio. Con una sola orden acabó con Sextillus y con sus veintinueve días.
Muchos políticos de nuestra época en una suerte de ignorancia cobijan el nuncio romano. Hace casi nueve años se estableció un modelo de atención integral de salud que establecía la ruta a seguir para mejorar y ordenar el sistema de salud ecuatoriano. Ese modelo abreviado MAIS establecía, entre otros elementos, la necesidad de darle una base operativa a las unidades de salud de primer nivel con la presencia de médicos, enfermeras, obstetrices, psicólogos, técnicos de atención primaria, odontólogos de acuerdo a la población, basada en estándares internacionales.
Buscaba darle a la salud un componente integral, basado en la promoción, prevención, rehabilitación y curación de las enfermedades. Por supuesto, ni el propio Rafael Correa cumplió esa normativa al pie de la letra, incluso cuando tuvo los mejores precios del petróleo no dotó del personal operativo de acuerdo a la población asignada. Sin embargo, el instrumento normativo se mantuvo como la base política para fortalecer el sistema de salud y como pedestal para el funcionamiento de la medicina familiar en nuestro país. El Gobierno actual, a pretexto de sanear las cuentas y limitar el despilfarro y desorden económico del Gobierno anterior, podría poner en peligro la aplicación y fortalecimiento del MAIS dejando huérfano a uno de los sectores más sensibles de la sociedad.
Mediante el acuerdo 195 del Ministerio de Trabajo y el acuerdo interinstitucional MEF-MDT 001-2019 de SENPLADES, se proyecta realizar importantes recortes laborales mediante la reestructuración del sector público que perjudicarían a la población y fracturarían la aplicación del modelo de atención en salud. Tal vez no era importante en su época cambiar el nombre de un mes o incrementarle unos cuantos días tal como lo hizo Augusto, pero hoy el presidente Moreno, al aplicar estos acuerdos, pudiera dar de baja a la única herramienta capaz de mejorar la salud pública de Ecuador.
