Por tratarse de un sistema prácticamente nuevo, del que hay escasa experiencia en el país, es normal que exista desconfianza y temores en los potenciales usuarios. Por ello, es necesario que tanto las autoridades monetarias como los bancos expliquen tanto las ventajas como las desventajas de la propuesta.

En una sociedad en la que la economía doméstica está vinculada al dinero físico, realizar transacciones financieras a través del teléfono celular puede parecer débil e inseguro. Es tarea, entonces, de quienes lo promueven, desterrar los temores y garantizar la idoneidad de los servicios.

Como antecedente, el Banco Central desarrolló Efectivo desde mi Celular, un medio de pagos electrónico, que dejó de funcionar en el año 2018. Ahora, el sistema está listo para su uso en banco, cooperativas y otras instituciones financieras privadas del país.

Ecuador destina 12 millones de dólares cada año a la importación de dinero y billetes de Estados Unidos. El papel moneda se destruye y hay que reemplazarlo, y esto tiene un costo para el país.

Es posible que la billetera móvil, con su respaldo en dinero físico, no disminuya el gasto del país en billetes, pero sí será una aliada para compras y pagos. Es, por tanto, necesario que se incentive su uso.