Lo que, según la Constitución, debe ser un ente neutral, terminó por convertirse en el centro de posiciones polémicas que contradecían las disposiciones de su antecesor, el consejo transitorio, y de la Corte Constitucional.

El CPCCS fue creado en el régimen de Rafael Correa y su composición respondía a las órdenes del mandatario y su gobierno hiperpresidencialista. Así, la designación de funcionarios y autoridades de control se hacía bajo estrictas medidas que apuntaban al escogitamiento de adeptos al mismo grupo de poder.

El consejo transitorio puso orden en dicho organismo y enderezó sus procedimientos; sin embargo, con la designación del nuevo consejo definitivo, las cosas volvieron a su anterior cauce.

Hoy, renovado, es de esperar que su labor vuelva a la normalidad; sin embargo, es hora de que la Asamblea comience a evaluar si en verdad existe la necesidad de mantenerlo.

Por ahora, es saludable que algunas de sus funciones sean asumidas, como estaban antes, por otras instancias, para evitar la excesiva concentración de poder en un organismo que no se despojó de sus banderas partidistas.