Es indiscutible que estos 40 años no han sido de lo mejor, políticamente hablando, pero volver a la democracia significó la restitución de ciertas garantías y derechos a los ciudadanos ecuatorianos. Durante este período han pasado por el palacio de Carondelet 14 presidentes elegidos, de los cuales 9 fueron elegidos por el pueblo, y tres constituciones han “refundado” el país.
La inestabilidad política, la falta de apoyo a sus ciudadanos, los permanentes problemas fiscales, la dilapidación de recursos, el cálculo y los amarres políticos, la corrupción y el incumplimiento de las promesas de campaña han sido algunos de los problemas comunes de los gobiernos de este período. Los procesos de desarrollo se han interrumpido con cada gobierno.
Todavía queda mucho por hacer. La garantía del respeto a las libertades y derechos ciudadanos a cabalidad sigue siendo una tarea pendiente de todos los gobiernos. La estabilidad económica es otro de los temas en lo que resta aún bastante por cumplir.
El centralismo es otro problema por solucionar. Algo se ha hecho, pero en el camino hacia la descentralización apenas se ha avanzado unos pasos.