La buena noticia que el reciente jueves 4 recibimos los habitantes de San Pablo de Manta es un importante hito para esta ciudad y Manabí en general; no siendo nada más ni nada menos que la reanudación del servicio de carga contenerizada, usando para ello uno de los baluartes de nuestra economía, tal es el multipropósito puerto marítimo de aguas profundas que nos regaló la naturaleza, regido ahora por buenos ejecutivos en Autoridad Portuaria de Manta-APM y bien operado por el concesionario Terminal Portuario de Manta-TPM, quienes han interesado a la naviera francesa CMA-CGM para que sus buques recalen semanalmente aquí sirviendo al comercio de ultramares, especialmente al de la pesca, que lo hacía por Guayaquil, algo que es contra natura y encarece los productos exportados afectando su competitividad; ellos lo anunciaron con el representante de dicha empresa naviera, dos ejecutivos del sector industrial pesquero del área y varios miembros del transporte que hace más de una década prestaban sus servicios antes de ausentarse de esta ciudad por falta de contenedores que transportar.
Es así que en los próximos días llegará el primer buque portacontenedores de la citada naviera para reanudar la operación de este sistema que vuelve a usar este puerto luego de más de una década en la que faltó la “voluntad política” que lo permita.
Esto obliga a las electas autoridades provinciales y cantonales de alto nivel, para que sin afectar sus credos políticos se unan y exijan lo que falta para el éxito de lo anunciado, siendo algo que los poderes centrales hace rato adeudan a Manabí, cuya falta fue una de las causas para que el mayor operador portuario del mundo, Hutchinson, nos abandonara, y es “voluntad política”, la que debe materializarse construyendo “para ayer” la ampliación a cuatro carriles de las vías hacia Guayaquil y Quevedo, antes que el ferrocarril costanero Daule-Posorja anunciado por el Gobierno central hace poco.
Somos la tercera provincia del país, la mejor ubicada respecto al Pacífico, equidistante de los centros más poblados del país, con un puerto natural de aguas profundas con características que lo abaratan para los ecuatorianos, pudiendo ser luego un puerto de transferencia de esta región continental como alguna vez se planeó. Considero que este hito, con la ampliación vial reclamada, son el reinicio de sueños largamente contenidos en las mentes de quienes amamos al generoso Manabí.
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