Lo hizo gracias a un banco de ADN estadounidense, pero su caso puede dar un vuelco al informar a la Fiscalía de que, según sus parientes, fue dada en adopción de manera voluntaria, informó ayer a la prensa.
Inés Madrigal, nacida en 1969, denunció ante los tribunales que había sido robada al nacer y entregada en adopción a otra familia, y después de un largo proceso judicial, en octubre de 2018, la Justicia responsabilizó “de forma incontestable” al ginecólogo Eduardo Vela por el robo, aunque fue absuelto al considerar que había prescrito el delito, sentencia que la víctima recurrió ante el Tribunal Supremo.
Su caso, que comenzó con una denuncia en 2012, tuvo una gran repercusión en la sociedad española, y se convirtió en la primera sentencia que probaba judicialmente uno de los casos de niños arrebatados con engaños a sus padres al nacer para darlos a otras familias, en muchas ocasiones previo pago, que ocurrieron en España sobre todo entre 1950 y 1990.
Pero con la noticia hecha pública ayer por Madrigal y confirmada después por la Fiscalía, el horizonte que se abre es desconocido para la investigación, cuando el Tribunal Supremo tenga que resolver el recurso contra el médico.
La mujer, en rueda de prensa, calificó como “un triunfo” el haber encontrado a su “familia de verdad” recientemente, ya que “hace unos días terminó la confirmación genética”.
“Por primera vez tengo el puzzle de mi vida completa”, concluyó, y afirmó que el hallazgo se hizo a través de una empresa de EE.UU. especializada en ADN.
Emocionada, Madrigal explicó que sus cuatro hermanos biológicos también la estaban buscando y sabían de su existencia tras verla por televisión y apreciar el parecido físico con su madre.