Aquí hace una semana mencioné la pieza musical del título que el duendecillo ese que -otra vez les confío habita en mi materia gris- escribió y musicalizó hace mucho más de 20 años, cuando los en esos entonces existentes y contiguos solo 3 cantones: Montecristi, Portoviejo y Manta, por medio de una nunca derogada -así vigente- Ordenanza Tripartita, juntos crearon el “Área Metropolitana Ciudad Alfaro” procurando un mejor futuro para la zona central de Manabí y la provincia toda.

 Después de algún tiempo el gnomo aludido dispuso que -con el creativo equipo musical que por el año 2002 conformamos con Tito Macías B. y Abdón Cedeño como arreglistas, Melissa Macías con su preciosa voz junto a excelentes músicos locales y de Quito que es largo enumerar y con Guillermo Varela del colombiano “Grupo Niche” como técnico de sonido- acometamos el desafío del caso, que por lo innovador y raro de la pieza musical -como la calificaba Varela- que intenta resumir toda una ópera, muy difícil y buen trabajo tuvimos, hasta que finalmente junto a otras composiciones la grabamos en un CD. Es lo que ahora pueden escuchar en la pestaña Música de mi Blog: www.melvyn-herrera.com a donde hace poco la subí; también en la fraterna radio Amiga. 

Me anima publicar al respecto, el haber presenciado la ópera del maestro Ángel Muentes V. que hace una semana aquí comenté, también, porque deseo aportar de esta mínima forma a  mantener el espíritu cívico que advertí en esa ocasión en “Las Vegas” de Portoviejo; es que mientras presenciaba dicha ópera, algo entendí la inspiración del duendecillo que mencioné arriba, que en 3 minutos y medio de la canción resume las 2 horas de la gran obra que estaba presenciando. Como ahora sabemos que los CD casi están fuera de uso, la música de esta cantata escúchenla en mi Blog ya indicado, y por sugerencias recibidas, transcribo la  motivante letra de “Alfarada”:   

“Es un cerrito pequeño, / con un halo de misterio. / Con disimulado empeño, / lo envuelve un sahumerio, / que en la forma de una nube, / desde el pueblo de su falda, / como una gran guirnalda, / muy por la tarde sube... // Montecristi es el cerrito / y también la población. / Es el antiguo cantón, / que en la loma se halla sito, / entre nuestra capital / y el puerto muy pujante, / siendo así el eslabón, / que nos moverá avante... // Con el ejemplo que nos dio, / Eloy Alfaro, el General; / y aquí fue que él nació, / con su Revolución Liberal, / cuando la patria liberó, / de ese yugo clerical, / y de aquí fue que él marchó, / al solio presidencial. // Y nos dio un ferrocarril / libertad para pensar, / soñar... en flores de abril, / sin saber que iba a pasar... / Y al ser incomprendidos, / sus actos de gobernar, / una turba de bandidos, / lo llegó a inmolar. // Hoy, Montecristi y su cerro, / con sus vecinos hermanos, / son un todo, y sin yerro, / se estrechan más las manos, / iluminando como un faro... / que a la patria y Manabí... / dan ejemplo desde aquí, / ¡en la gran Ciudad de Alfaro!”