Las autoridades tienen 24 horas para reunir elementos y formular o no cargos en su contra; si no encuentran pruebas que lo inculpen, Bini tendrá que ser dejado en libertad.

El detenido visitó a Julian Assange al menos doce veces en la embajada de Ecuador en Londres, antes de que el Gobierno anunciara que no daría más asilo al fundador de WikiLeaks, aseguró la ministra del Interior, María Paula Romo.

Bini, de origen sueco, vive en Ecuador desde hace seis años.

El colaborador de WikiLeaks publicó el pasado jueves en su cuenta de Twitter que, para él, “es una cacería de brujas” lo que se está haciendo con los hackers, refiriéndose al comentario de la ministra Romo, sobre estas personas “que intentan desestabilizar al país”. 

Romo además aseguró que  Bini trabaja de forma cercana con el excanciller Ricardo Patiño.

Patiño lo desmintió y dijo que la expulsión de Assange responde a un compromiso del presidente Lenín Moreno con Mike Pence, vicepresidente de Estados Unidos, a cambio de un “mísero” crédito del FMI.

La Policía allanó el domicilio del sueco investigado “para recabar elementos sobre las actividades que estaría realizando en Ecuador”, precisó la Fiscalía.

Durante el allanamiento se encontraron libros sobre “hackeo” electrónico, según el Gobierno.

La madre del activista, Christine Assange, publicó en sus redes sociales: “Que vergüenza Lenín Moreno. Que los ecuatorianos busquen venganza contra ti”.

También publicó calificativos como sucio y traidor, así como maldiciones  contra Moreno, por haber “torturado” a su hijo.

 

Extradición. Assange pasó su segunda noche en una prisión británica, a la espera de que comience en las próximas semanas el proceso para extraditarle a Estados Unidos, donde teme que pueda ser condenado a décadas de prisión. 

“Creemos que la acusación que se ha presentado con la solicitud de extradición es solo una parte de la historia. Vendrán más, se agregarán más cargos”, declaró el director de la página de filtraciones de documentos secretos que fundó Assange.