Ellos se conocieron allá por el año 1962, cuando el barrio Pueblo Montubio, del recinto Santa Cecilia, donde construyeron su casa después de comprometerse, era una loma y llegar hasta él era una odisea.
En esos tiempos, cuenta Renato, los padres eran difíciles y “no me dejaban acercarme a la muchacha”.
¿Cómo se comunicaban entonces? Renato recuerda que lo hacían mediante las cartas que se entregaban cuando se saludaban o las dejaban en un rincón que solo los dos conocían.
Él dice que no recuerda cuántas cartas le escribió a su amada Eulalia, pero asegura que fueron muchas, cientos.
Ella lo tiene más claro: “me gasté más de un cuaderno escribiéndole a este hombre”, dice mientras suelta una carcajada.
Y llegaron los hijos. Tras cinco años de noviazgo, un 2 de agosto de 1967, la pareja se comprometió y fruto de su amor nacieron 14 hijos, todos llegaron al mundo con ayuda de una partera.
“Yo sí parí, es un gran dolor, pero así tiene que ser. Ahora todo es cesárea”, refiere Eulalia mientras lava las tapas de las botellas que usa para vender jugos frutales en su casa.
Tanto Renato como Eulalia tienen raíces manabitas.
Sus padres eran del cantón Chone y por cosas de la vida viajaron hasta Santo Domingo para asentarse en lo que hoy es Pueblo Montubio.
Mariana Vera, hija de la pareja, dice que ha sido testigo del cambio que ha tenido el lugar donde fue criada.
No tiene dudas cuando dice que después de la construcción del anillo vial rural, allá en el año 2010, todo cambió para bien.
“Esto (señala el anillo vial) era un camino por donde solo cruzaban los caballos”, asegura.