María Chicaiza, quien reside en la zona céntrica de Quevedo, recuerda que por más de 30 años se dedica al comercio de éstos y que desde entonces ha visto cómo cada vez este rito católico tiene menos acogida.

“En la iglesia no cabía gente, eran muchos los creyentes que veníamos a bendecir los ramos”, indicó la vendedora.

Según la mujer, desde hace varios años está prohibida la compra y venta de productos elaborados con palma de cera y que por ello, tanto quienes confeccionan los ramos como los expendedores, han tenido que utilizar materiales alternativos.

“Yo vendo de manera ambulante, llego a despachar  entre 100 y 150 ramos a un precio de $1,50 y dos dólares”, aseguró la comerciante, quien agregó que los que expende son elaborados con manzanilla, laurel, eucalipto y romero.

Operativos. Personal del Ministerio del Ambiente articula operativos en conjunto con la Policía Nacional y el Grupo de Fuerzas Especiales #26 Cenepa para detectar si hay compra o venta de palma de cera por motivo del Domingo de Ramos.

Gem Vera, director provincial del Ministerio del Ambiente, en días anteriores, manifestó que la finalidad de la preservación de esta planta es mitigar el impacto en el hábitat del loro orejiamarillo y del perico cachetidorado, ambas especies estarían en peligro de desaparecer si continúa el expendio de la palma de cera.

Las multas para infracciones muy graves van desde la base de 10 salarios básicos unificados hasta 200 salarios básicos unificados.