El hombre, quien habitaba en la parroquia El Tingo-La Esperanza, del cantón Pujilí (Cotopaxi), recorría las calles del cantón cuando su camioneta sufrió un desperfecto.
“Peluche”, como le decían a Alarcón, se bajó de su vehículo y al alzar el capó recibió una nube de humo que emanaba del motor; en ese instante, según sus familiares, sintió un dolor en el pecho.
Un amigo de Alarcón acudió en su ayuda junto a otras personas que permanecían en el sitio. Lo trasladaron hasta el centro de salud de La Maná donde los médicos confirmaron su muerte, un infarto había acabado con la vida de “Peluche”.
Traslado. Aarón Alarcón, hijo del fallecido, dijo que el hecho ocurrió la noche del martes.
“Mi papi estaba manejando el carro cuando se le apagó, me cuentan que los amigos lo trasladaron en un taxi donde convulsionó, ya llegó al centro de salud muerto”, comentó sollozante el familiar, quien estaba en la parroquia La Esperanza cuando le avisaron sobre la muerte de su padre.
El cuerpo de “Peluche” fue llevado a la morgue de Quevedo donde le realizaron la autopsia, luego los familiares confirmaron que su fallecimiento fue por un infarto.
El cadáver fue llevado al barrio Las Vegas, de Buena Fe, donde fue velado por varias horas debido a que era oriundo de ese cantón.
Será sepultado en la parroquia El Tingo.
Otros casos. Una mujer de 72 años murió la tarde del lunes dentro de un bus interprovincial de Ventanas.
La adulta mayor viajaba en el micro cuando el controlador se percató que no reaccionaba. La abuelita falleció de un infarto.
En Quevedo, el mismo día, Carlos Posligua, de 48, fue hallado muerto dentro del carro que conducía.
El hombre se había estacionado en las calles Novena y Siete de Octubre donde fue encontrado sin vida, también a causa de un infarto.