Dentro de la Corporación Provincial mantuve la unidad y gracias a eso las resoluciones se sacaron por consenso. En la primera administración tuve cinco consejeros y necesitaba seis para la mayoría, pero durante todo el período prácticamente tuve once porque sacamos todas las cosas por consenso. Esa unidad continuó hasta el 2015. Fue unánime la decisión de trabajar para que los territorios de La Manga del Cura se ratifiquen por Manabí.

 

En el primer período el presidente era Lucio Gutiérrez. En el segundo no fui candidato de Correa, él tuvo su candidato a prefecto.

 

Nunca fui el hombre fuerte del régimen, pero la provincia fue atendida. No quisiera decir si fui hombre de confianza, no creo, pero en vialidad sí nos atendió.

 

Nunca me he atribuido triunfo de nada. Las ocasiones que me tocó ir en alianza lo hice bajo la consigna de que teníamos que ganar. Siempre, con humildad, he recibido cualquier resultado positivo.

 

Si consideramos ese examen para destituirme, ya el Contralor no tenía competencia porque habían pasado los 180 días término y ocupó más de 250 días. Entonces, ese término estaba vencido y aparte de eso no aceptó los descargos que presenté. Creo que ha sido tema político.

 

Lo que hemos hecho fue justamente el motivo de haber participado en elecciones. Una vez que tuvimos el diagnóstico de la provincia, que prácticamente era cero intervención en las vías rurales, hicimos la planificación para hacer apertura de caminos a tiempo para que las comunidades usen las carreteras en el verano. Hemos intervenido sobre 11.000 kilómetros con mejoramiento y 1.500 con asfalto o doble riego asfáltico. Construimos ejes viales importantes que permiten, principalmente, que todas las cabeceras parroquiales estén enlazadas con la cabecera cantonal y que estos ejes viales unan a las carreteras principales.

 

Respeto lo que digan, para mí es una herramienta importantísima para poder atender los requerimientos. No hay desarrollo sin herramientas importantes. 

 

La cantidad es baja, apenas alrededor de 3 millones por año. Nos han cancelado una parte y otra en convenios con el BDE. Todavía no han devuelto en su totalidad. Dentro de los proyectos de riego hemos hecho, por ejemplo, en Portoviejo, Maconta de Colón, Florestal de Calderón, Arriaga de Pimpiguasí, Los Tintales de Riochico. Además, San Ramón. Pimpiguasí y Riochico están casi terminados. Hemos construido 1.600 albarradas y 150 pozos.

 

Hemos logrado más de lo que nos planteamos, de acuerdo a los recursos que tenemos. Nos propusimos 50.000 hectáreas y hemos sobrepasado las 78.000 hectáreas. No hay el recurso para manejo permanente. Hay un problema bien grave, por un lado reforestamos y por otro se deforesta. Se hace una vía y van los compradores de madera, especialmente de caña guadua. Falta gestión en las autoridades ambientales.

 

No se pudo cumplir el proyecto del ingenio azucarero porque no tuvimos suficiente terreno apropiado con riego.

 

Hicimos la Agencia de Promoción de Inversiones y luego Manabí Produce, con la que hemos dado orientación a más de 500 emprendedores, lo que justamente tomó fuerza después del terremoto, porque tuvimos apoyo de empresarios nacionales y cooperación de diferentes países.

¿Cuál ha sido el momento más difícil de su administración?

A partir del terremoto nos recortaron fuertemente el presupuesto. En el último año fue difícil que nos devolvieran el IVA y los recursos, especialmente de riego. Tenemos pendiente todavía una cantidad muy importante. También fue muy difícil que no se nos haya devuelto el recurso que utilizamos en la emergencia por inundaciones en el 2016.

 

Siempre he recalcado que el Comité de Reconstrucción actuó de una manera rápida y dio servicios de educación, de salud. Luego, ya en el asunto de contrataciones, para eso estaban las autoridades correspondientes para hacer cumplir los contratos. 

 

Siempre ha habido el presidente y el secretario de la Reconstrucción.

 

Me voy a la empresa privada, de donde he venido, y voy a observar lo que pase en la provincia y a tratar de ser útil. Los que estamos inmersos en la política no podemos caer en el error de decir es mi última participación, porque la política puede que después de unos años nos llame nuevamente la atención.

 

Decirles a todos los manabitas que he tratado de dar mi máximo esfuerzo. Se ha hecho bastante, sin embargo hay muchísimo por hacer.

 

Siempre creo que los humanos debemos tener control de nuestras emociones, pero desde luego que para mí ha sido de mucha satisfacción haber tenido una relación permanente con la mayoría de mis hermanos manabitas.