David Pin dijo que los inconvenientes en estos edificios habitacionales iniciaron después del terremoto del 16 de abril de 2016, ya que las personas que vivían allí se mudaron por los daños en las edificaciones.   

Es por eso que uno de estos edificios, donde no vive nadie, fue irrumpido por ladrones y de allí se han llevado casi todo: puertas, ventanas y accesorios de baño. Incluso el lugar ha sido tomado por personas que no tienen dónde dormir y por  consumidores de drogas, dijeron moradores.

Aquello mantiene preocupados a los vecinos de los edificios, también porque la maleza que hay en los alrededores ha crecido, y como falta iluminación evitan caminar por estos callejones.

El resto de estos edificios están habitados por inquilinos en su mayoría venezolanos, dijo Pin. 

Él cree que en El Palmar es donde hay más venezolanos en Manta, y aquello es porque la terminal terrestre está ubicada frente al sector. Es fácil poder identificarlos, especialmente en los semáforos o vendiendo agua o jugos en las vías principales.  

Los robos. Hilda Zambrano indicó que la falta de iluminación y de control han generado inseguridad en la ciudadela El Palmar. 

A ella, por ejemplo, hace unas semanas le robaron varias accesorios de su vehículo que estaba estacionado frente a su vivienda. Pero esto les ha sucedido a varios vecinos y no han podido controlarlo, dijo. La Policía, con el objetivo de evitar la inseguridad, intenta recuperar los espacios que fueron tomados por personas que consumen drogas. La semana pasada lanzaron el proyecto “Un film en familia”, que es la proyección de una película para los vecinos en estas plazas a donde las familias ya no van. Sin embargo, los vecinos indicaron que la convocatoria para estos eventos debe llegar a todos.