El joven se levantó en la madrugada para recibir las 50 planchas del crustáceo procedentes de Guayaquil y Machala.
A las 11h00 ya casi se había agotado el producto de su local, la cangrejería El Patrón.
“Ha sido caída y limpia. La gente ha estado con muchas ganas de volver a comer cangrejos”, dijo mientras despachaba dos sartas de “patas gordas”.
Con el fin de la prohibición de captura y comercialización del crustáceo, once de los doce puestos del mercado de mariscos ubicado en la cooperativa 17 de Diciembre volvieron a activarse.
La veda fue para la reproducción. “Fue un mes de descanso para nosotros”, indicó Fernando.
De regreso. Juliana Macías también volvió a abrir las puertas de la cangrejería D`Yuly tras un mes de obligada para.
“Descansé y disfruté de unas vacaciones con mis hijos”, señaló la mujer.
Ella pasó muy atareada atendiendo a los clientes que llegaban hasta su local.
Cientos de personas llegaron en busca de una sarta aprovechando que los precios estaban accesibles.
La sarta que normalmente cuesta $ 15, estaba a $ 12. Los más baratos desde $ 6.50, informaron los mercaderes.
En las camionetas que ofertan el producto en las vías el precio es similar, aunque se prevé que suba debido a la demanda que tiene por la Semana Santa.
La segunda veda empezará el 15 de agosto y culminará el 15 de septiembre y será para el cambio de caparazón. En esas fechas los cangrejeros volverán a estar de veraneo.