Se refiere al tema.  Según explica el diabetólogo y endocrinólogo Sebastián Vanegas, “este cuadro es causado por la combinación de influencias hereditarias con otras enfermedades y hábitos de vida de la persona, como la presencia de obesidad, sedentarismo y aumento del colesterol”.

La llamada resistencia a la insulina es detectada por el examen de sangre, donde se observa el aumento de los niveles de glucosa sanguínea, principalmente después de las comidas o en ayuno. “Por lo tanto, este síndrome es una forma de prediabetes, ya que si no es tratada y corregida a tiempo a través del control de la alimentación, pérdida de peso y realización de actividad física, se convertirá con el paso del tiempo en una diabetes tipo 2”, reseña el profesional.

 

Señales. Entre los síntomas de este mal está la aparición de manchas oscuras o verrugas (acantosis nigricans) en cuello, axilas u otras coyunturas; así como muchas ganas de beber agua, aunque son poco frecuentes. 

Por ello, Vanegas amplía que para confirmar si se padece de resistencia a la insulina se debe hacer el examen de la curva de tolerancia a la glucosa. Tal examen se realiza midiendo el valor de la glucosa después de la ingestión de 75 gramos de un líquido azucarado.

A medida que la resistencia a la insulina empeora, además de que la glucosa se eleva después de comer, también pasa a estar elevada en ayuno, porque el hígado intenta compensar la falta de azúcar dentro de las células. 

 

Puede curarse.  Este síndrome, la mayoría de las veces, surge en personas que ya tienen una predisposición genética, al tener otros familiares que han tenido o que tienen diabetes.

“Si el tratamiento de la resistencia a la insulina es realizado correctamente puede curarse y, así evitar que la enfermedad se agrave convirtiéndose en diabetes. Para ello es necesario la orientación del médico general, diabetólogo y endocrinólogo, además de la realización de algunos cambios en los hábitos”, precisa Vanegas.

 

Medidas ejemplares. Las personas que son tendientes a desarrollar la resistencia a la insulina,o quienes la viven, deben adoptar medidas importantes para hacerle frente, como: perder peso con realización de dieta; practicar actividad física por lo menos 3 veces por semana, durante  una hora: y monitorizar los niveles de glucemia con acompañamiento médico.