Los profesionales en sus distintas áreas saben cómo se vive en una economía socialista, donde las personas reciben utilidades por lo que trabajan, tienen una mayor fuerza laboral y una mejor remuneración o viceversa; es decir, cada persona produce lo que quiere, buscando solo su propio beneficio.

De acuerdo a la historia, los títulos a nivel superior tenían sus altos y bajos; ser sacerdote, filósofo o maestro era lo mejor. Con las nuevas alternativas en los campos de la producción existían las carreras: médico, abogado, veterinario, economista, ingenieros en varias especialidades, así como periodista, odontólogo, entre otras. En el arte de la pintura, los pintores cotizados eran exclusivos, actualmente se mantienen por la economía capitalista.

En tiempos de nuestros abuelos estudiar una carrera académica era muy costoso, muchas personas no podían acceder a estudios superiores. Cuando aparecieron los postgrados, las especializaciones, másteres, en los centros educativos con las implementaciones actuales de nuevas carreras y modalidades, se implementaron más universidades en Ecuador, una de ellas, Universidad de las Artes en el año 2013.

Pero, por el aumento desproporcionado de profesionales estos están pasando automáticamente al desempleo. En ciertos puestos gubernamentales y del servicio exterior, los privilegiados son los asesores, algunos con carrera universitaria y de postgrado, otros no. Siendo la mano derecha de los políticos que no tienen carrera, el asesor es quien dirige sus actos, ideas y proyectos.

Ahora, con tantos profesionales y vacíos en el sistema educativo superior, el Estado busca formas para que todos tengan la oportunidad de un título profesional, de acuerdo a las necesidades del país, con la finalidad de ser un Gobierno democrático incluyente y que todos sean verdaderos profesionales. Pero eso es una paradoja, no se puede mantener muchas universidades y la multiplicación de profesionales porque crea condiciones insatisfactorias de empleo, y lo otro, el creciente mercado universitario que no asegura un puesto de trabajo al culminar una carrera.

Muy pocos profesionales logran un puesto de trabajo. Se esfuerzan mucho para lograrlo, otros no se esfuerzan. Tanto nacionales como extranjeros, lo hacen por medio del tráfico de influencias o los llamados enchufes.

El Estado ecuatoriano debe recuperar los valores cívicos, éticos y la transparencia por el buen comportamiento de nuestros gobernantes para que la política funcione bien y que se sustenten los tipos de la economía socialista y capitalista, para vivir con dignidad en una verdadera democracia participativa con profesionales y no profesionales.