Las autoridades se enfrentan a un problema que parece no acabar nunca”
La sustracción de las tapas de alcantarilla es un perjuicio a los bienes públicos y, además, un atentado contra la seguridad ciudadana, por tanto, quienes lo cometan deben ser perseguidos y sancionados con todo el rigor de las leyes.
Las autoridades de Portoaguas han señalado que solamente en Portoviejo desaparecen de dos a tres de estos objetos cada semana y en su mayoría son vendidos a las empresas recicladoras.
También se ha dicho, por parte de las mismas fuentes, que la Fiscalía tiene tres procesos sobre este tipo de delitos, pero todos se encuentran en la etapa de indagación previa.
Es lamentable que, pese a que cada cierto tiempo se denuncie este problema que se ha mantenido por décadas, todavía no exista un solución técnica o legal para detenerlo. En una época en la que se cuenta con los elementos tecnológicos y legales, debería existir mayor eficiencia. Por citar un par de ejemplos, se podría recurrir a los videos de las cámaras de vigilancia para identificar a los infractores, o adaptar sistemas que alerten cuando una tapa es retirada de su lugar.
Nadie responde por los accidentes de tránsito a causa de las alcantarillas sin tapa, ni por los recursos que se distraen para reemplazar los objetos que fueron robados. Y así, las autoridades se enfrentan a un problema que parece no acabar nunca.
Pero este inconveniente, aparte de los ciudadanos que roban, tiene también como responsables a funcionarios que no hacen nada por combatirlo. No basta con esperar denuncias; hay que buscar soluciones y aplicar la ley.
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