Manabí está entre las provincias con mayores problemas de deforestación, mala práctica que persiste y afecta a bosques primarios en zonas rurales y urbanas, sin que mecanismos éticos y legales sean suficientes para detenerla.
La prevención y la remediación son alternativas válidas, pero su ejecución es difícil y llena de obstáculos. La mayoría de proyectos fracasan por falta de mantenimiento en la etapa postransplante.
En las zonas secas hay déficit de humedad, para reforestar se requiere de unos 1.000 mm de precipitaciones anuales, pero los promedios de lluvias están entre 300 y 500 mm. Los resultados no son halagadores bajo estas condiciones, pues se reconoce sobrevivencias tan sólo de alrededor del 20% de los arbolitos sembrados.
El GAD provincial ha dedicado recursos millonarios en ambiciosos planes para resolver este grave problema ambiental , incluso entregando estipendios a dueños de los predios, al reconocer las limitaciones hídricas y topográficas de la región para retener la humedad necesaria para las plántulas en su desarrollo inicial. Por su parte, el Ministerio del Ambiente promueve las medidas preventivas y debe respaldarse en la fuerza pública para aplicar la ley a los infractores.
Para alcanzar los objetivos mínimos de estos proyectos es recomendable la participación de instituciones como Ministerio de Defensa, Servicio de Gestión de Riesgos y Emergencias, Gobernación, etc,. Hay ejemplos dentro y fuera del país de este tipo de colaboración, en las provincias de Loja y Santa Elena recientemente los militares han participado en programas de reforestación. En China miles de soldados van a intervenir para reforestar 8,4 millones de hectáreas en provincias que rodean Pekín, una de las ciudades más contaminadas del planeta. En Perú cuatro bases militares con 150 hombres cada una serán instaladas en la Amazonía para impedir el avance depredador. Nuestras fuerzas armadas con 25.000 efectivos y anualmente con 10.000 conscriptos cumplen nuevos roles con la sociedad. La provincia también cuenta con dotaciones del Ejército, Marina y Aviación que, en convenio con otras instituciones, podrían captar los fondos para dar sostenibilidad y continuidad a los planes de reforestación. La presencia periódica de militares para el mantenimiento en campos y colinas intervenidas tendría el efecto favorable adicional de infundir respeto evitando futuras deforestaciones y el tráfico ilegal de madera.
Una muestra evidente de que el cuidado permanente es condición primordial, es el éxito alcanzado desde el año pasado con la arborización urbana en parques y áreas regeneradas de Portoviejo. Recordemos que gran parte del territorio manabita corresponde a la zona de vida del Bosque Seco Tropical, donde se establecen especies forestales nativas y otras adaptadas al medio. La preservación e incremento de estas áreas contribuye a mantener la biodiversidad de fauna y flora , purificar el aire captando gases nocivos, atenuar el calentamiento global y los efectos del cambio climático.
*Investigador Categorizado Senescyt
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