Tal parece que quienes se han dedicado a la ingrata tarea de burlarse del Dr. Yunda son aquellos malos perdedores que estaban seguros de la victoria de un militar que debió mantenerse en el pedestal del heroísmo en lugar de descender al cieno hediondo de la politiquería. Olvidan los detractores del Dr. Yunda, a quien no tengo el honor de conocer, que el primer médico, el primer periodista de la colonia y precursor de la independencia de América, fue el Dr. Eugenio Espejo, indio genuino que a mas de médico fue un científico que investigó sobre el origen de las enfermedades que asolaban al pueblo de Quito, que fue hermano de Manuela Espejo, enfermera abnegada y esposa del célebre orador José Mejía Lequerica. Olvidan que don Eloy Alfaro fue un cholo de Montecristi de origen humilde.

Las razas no existen, la raza humana es una sola, solo nos diferencia el color de la piel, esto está comprobado científicamente. Tal vez solo los negros africanos pueden ufanarse de ser puros y auténticos. Es necesario desterrar el prejuicio racial y  la etnofobia para la construcción de una sociedad ecuatoriana unida y progresista.

Aquí en Ecuador como decía Juan Montalvo: “el que no tiene de inga, tiene de mandinga”. Por mi parte me ufano de ser un montuvio, es decir un indio de la costa manabita.