Ese es el caso de la escuela Carchi, ubicada en el kilómetro 12 de la vía Quevedo.

Mariana Romero, moradora, señala que tras el cierre del establecimiento sus hermanos “tienen que viajar hasta  a Luz de América o al kilómetro 7 de la vía Quevedo” para continuar con sus estudios.

“Eso me parece injusto porque la escuela está a lado de mi casa, pero sin embargo mis hermanos tienen que ir tan lejos, corriendo peligro”, denunció.

 

Análisis. Tania Guillém, coordinadora zonal del Ministerio de Educación, indicó que “las reaperturas están en proceso. Vamos a trabajar de manera especial para que cuando  estas instituciones educativas sean reaperturadas los estudiantes sean reasignados a estos planteles”.

Aclaró que los alumnos no podrán ser reasignados hasta que las unidades reabran sus puertas. 

Los moradores de las zonas donde se cerraron las escuelas deben mostrar interés para su reapertura. Es decir, tienen que llenar una solicitud y adjuntar un acta de la comunidad como respaldo.  

Dicho documento, que será analizado por una comisión, debe ser presentado al distrito correspondiente. 

“Se observa si la institución se encuentra en una zona de riesgo (entre otras cosas)”, detalló Guillém.

Rodrigo García, gobernador encargado, señaló que han esperado la reacción de las personas que viven en las comunidades donde se cerraron escuelas. “Habrá personas que ya están acostumbradas a que sus hijos estén en las unidades educativas del Milenio. Como por ejemplo en un plantel en Santa María del Toachi que dejó de funcionar porque los alumnos pasaron a estudiar en una unidad educativa a 400 metros de distancia. Habrá que decidir cuando una escuela esté 10 kilómetros”, detalló. En febrero el presidente Lenín Moreno anunció la reapertura de escuelas rurales en el país. 

Ofreció rehabilitar mil en el primer año y dos mil hasta el 2020. La inversión es de 70 millones de dólares.