Según dio a conocer la oficina del fiscal federal Stephen McAllister, la llamada fue en realidad una broma, coordinada con otros dos jóvenes y similar a las que el sentenciado había realizado en el pasado a la oficina del FBI y otras agencias federales, como él mismo reconoció.

No obstante, en el caso de Wichita, a raíz del falso reporte de Barriss los oficiales llegaron a la vivienda y mataron a tiros a un hombre inocente, identificado como Andrew Finch, de 28 años.

En noviembre pasado, Barris se declaró culpable de 51 cargos en su contra presentado por las fiscalías de Los Ángeles, Kansas y Washington, a raíz de los múltiples reportes falsos hechos al teléfono de emergencias.

Según McAllister, los 20 años en prisión para Barris son hasta el momento la mayor sentencia impuesta en el país a un culpable de denuncias policiales falsas, una práctica conocida en inglés como "swatting", porque generalmente se hacen con el fin de movilizar al equipo de fuerzas especiales (SWAT, en inglés) de la policía local.

"Las denuncias falsas no son bromas", dijo el fiscal McAllister en un comunicado difundido la noche del viernes.

"Enviar policía y personal de emergencia con rapidez a una vivienda por información falsa es una clase de burla que demuestra un increíble desprecio por la seguridad de los otros", agregó.

El fiscal aseveró que la sentencia quizá ofrezca "algo de paz" a la familia del fallecido.

Por el hecho en Wichita, otros dos acusados, Casey Viner y Shane Gaskill, aun esperan juicio, informó la Fiscalía de Kansas. EFE