Uno de los sectores más golpeados por el temporal ha sido la cooperativa Victoria del Pueblo, ubicada a orillas del río San Pablo, frente a la avenida Universitaria. Hasta ayer en la mañana era visible el material que arrastró la corriente del río, que impide a los comuneros caminar por el lugar.
La dirigente Janeth Illescas señaló que hasta el momento ninguna autoridad ha llegado al sector a evaluar los daños causados por el desbordamiento del río. Ella informó que al menos 80 familias son las perjudicadas y que nadie les ha brindado ningún tipo de ayuda. “No hay agua para tomar, quienes tienen dinero la compran en funda, y los que no, la recogen del río y la consumen luego de colocarle cloro y hervirla”, dijo Illescas.
La mujer agregó que teme que se desate un brote epidémico, por ello pide la presencia de una brigada médica porque muchos niños están con fiebre, gripe, diarrea y dolor de estómago, producto de la contaminación. Los comuneros mencionan que el agua alcanzó los dos metros de altura, pero nadie salió del lugar por temor al hurto de sus enseres.
Destrucción. Manuel Leiton Barroso, dijo que la mayoría de los agricultores sobreviven de la fabricación de ladrillos, pero en este tiempo todo se destruyó. Cinco mil ladrillos que tenía para la venta se dañaron con las inundaciones que soportó la ciudad, y actualmente no tiene dinero ni para comprar alimentos.
“ Queremos de la Secretaría de Gestión de Riesgos, el municipio o la gobernación nos ayuden con víveres. Hasta que los niveles de agua bajen por completo no podemos salir a trabajar en el campo como lo veníamos haciendo”, dijo.
En cambio Jorge Macías, reveló que perdió 10 mil ladrillos que tenía arrumados, dejándole un perjuicio económico de mil dólares aproximadamente.El agricultor, agregó que con las inundaciones también perdió diez gallinas y un cerdo de 100 libras que arrastró el río San Pablo.