Actualizado hace: 930 días 11 horas 48 minutos
Tonio Iturralde Cevallos
En busca de una explicación

Acorde con la narración de varios historiadores ecuatorianos escribo este artículo, para al finalizar plantear una pregunta. Eloy Alfaro nació en cuna de oro, hijo de padres acomodados, tuvo como padrino a don Agustín Villavicencio el hombre más rico de Manabí, se educó con maestro europeo, paseó por varios países de Centro América; exiliado en Panamá por García Moreno se convirtió en un prominente comerciante de sombreros de paja toquilla, auspicia los estudios de sus hermanos Manuel y Medardo en los EEUU y se casó con Ana Paredes Arosemena, de familia rica y poderosa de Panamá.

Miércoles 27 Marzo 2019 | 04:00

 

Este talentoso político manabita es traído de Panamá por empresarios guayaquileños especialmente para que lidere en Ecuador la revolución contra los gobiernos conservadores, sector capitalista que no solo financió la revolución, sino que también aporta con hombres de sus haciendas para que integren las montoneras de Alfaro e incluso con miembros de sus propias familias, es el caso de Agustín Febres Cordero, abuelo del ex presidente León Febres Cordero, para citar un ejemplo.

Consolidado el triunfo de la revolución, Alfaro en el poder, con visión de Estadista y empresario designa entre sus ministros a varias personas ligadas al poder económico y toma como sus asesores a cuerpos consultivos a fines a estos, lo que fue clave para la estabilidad económica y la transformación social anhelada.

Parafraseando al historiador Guillermo Arosemena indicaremos que el Ecuador después de la costosa revolución atravesó por una terrible crisis financiera agravándose aún más con el no pago de la deuda Inglesa, que le impedía hacer créditos internacionales; el desarrollo del país se veía limitado con un exiguo presupuesto que en lo mínimo alcanzaba para invertir en educación y salud, fue la iniciativa privada la que evitó el descalabro total de la economía con capitales extras para el Estado y sugiriendo al presidente Alfaro que respalde nuestra moneda con el oro, lo que atrae la inversión extranjera y evita el colapso económico. Las grandes obras públicas también se hacen posible con el apoyo de este sector, es evidente entonces la buena relación de Alfaro con el mundo empresarial con el que también fue condescendiente. El mismo Estrada afirma que Alfaro admite en su mensaje presidencial de 1896 que el Estado no es un buen administrador por eso confió las empresas más grandes del país, como las del Puerto de Guayaquil y la del Ferrocarril en manos privadas y es aquí donde nace la pregunta ¿Por qué el correato tomó la figura de Alfaro como su imagen emblemática si ellos no fueron revolucionarios?.  La historia los sindica de otra cosa y Don Eloy Alfaro, buen amigo de los capitalistas, nunca fue socialista.

  


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