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¡Que cumplan!
¡Que cumplan!
Por: Walter Andrade
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Lunes 25 Marzo 2019 | 04:00

Al escribir esta nota no sé quiénes son los ganadores de las elecciones de ayer. Pero todos los favorecidos por el voto, sólo tienen una obligación: CUMPLIR. Sí, cumplir lo que prometieron en campaña, con lo que ofrecieron en barrios y ciudades y aplicar las soluciones para los problemas de las ciudades y provincias que ampliamente difundieron en los días de campaña. Nosotros los electores, después de todo, hemos votado por esas soluciones, por las palabras que con acentos decididos nos pronunciaron, por la energía que pusieron en sus ofertas.

 Al escribir esta nota no sé quiénes son los ganadores de las elecciones de ayer. Pero todos los favorecidos por el voto, sólo tienen una obligación: CUMPLIR.  Sí, cumplir lo que prometieron en campaña, con lo que ofrecieron en barrios y ciudades y aplicar las soluciones para los problemas de las ciudades y provincias que ampliamente difundieron en los días de campaña. Nosotros los electores, después de todo, hemos votado por esas soluciones, por las palabras que con acentos decididos nos pronunciaron, por la energía que pusieron en sus ofertas.  Así  concurrimos a las urnas ayer, igual que a  las anteriores, y con esa misma esperanza, ansiedad y deseo,  pase lo que pase, lo haremos en cuantas se realicen en el futuro. El problema no es, entonces, solicitar que concurran a votar, como frecuentemente lo realizan ciertos candidatos. No se trata de eso, a fin de cuentas, mientras el voto sea obligatorio, todos iremos a las urnas, al menos la gran mayoría.  El problema es, repito, que los políticos cumplan, que sean consecuentes con los electores, que honren  la confianza que depositaron en ellos. Caso contrario, el efecto es  alimentar el desprestigio de la clase política, de ellos mismos,  y sobre todo estimular  en proporciones gigantescas la frustración popular. 

Es que con el paso de los años parecería que  a la palabra cumplir como que le han arrebatado su sentido natural y obvio y la interpretan, como intentar, y sobre todo justificar. Pero  sabemos que cumplir significa, todo mundo entiende y sabe lo que implica la palabra, “llevar a  efecto algo”. En términos prácticos quiere decir que  si se dijo o se prometió algo, hay que ser llevarlo a la práctica.  Y los políticos ganadores deben hacerlo no solo por las promesa hechas, sino porque es una deuda que deben honrar.  No hacerlo es, en estricta teoría, cometer un fraude y si se quiere herir, clavar un puñal a la esperanza de todos aquellos que los apoyaron. No cumplir es también un atentado flagrante al futuro de la ciudad o provincia, es generar o alimentar el  aluvión de desencanto que hemos vivido los ecuatorianos en diferentes épocas de nuestra historia. Y es,  al mismo tiempo,  condenar al estancamiento, a la marginación y al  desempleo a una comunidad, lo que equivale a poner piedras en el camino al progreso.  Es no dejar avanzar. Claro que un político tampoco puede ofrecer salir de todos los males.
Churchill, en algún momento de la vida de Inglaterra,  prometió, “ sangre, sudor y lágrimas” y la población supo que había un  sacrificio por delante y no pidió más.
En fin, lo mejor que pueden hacer los ganadores es revisar una por una sus promesas y comenzar a cumplir. Eso es todo! 
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