Aducen que es como su “Navidad” porque ganan un poco más de dinero en comparación con sus días normales de trabajo.
Ángel Sipión trabaja en este oficio por más de 30 años, lo hace acompañado de un paraguas, una mesa y su máquina artesanal, la cual se compone de una caja de madera, en cuyo interior lleva dos planchas de metal, una palanca, una lata de cerveza cortada por la mitad y alcohol, Él aspira que le vaya bien hoy día.
“Siempre voy a trabajar a El Salto, porque hay menos competencia, somos cuatro nomas, llevó 1.500 plásticos a 25 centavos y cinco chicos que van de enganchadores que les pagó 20 dólares a cada uno. Este negocio, en un a jornada buena me deja unos 500 dólares de ganancia, en una mala unos 250,”, comentó Sipión.
Competencia. El hombre asegura que desde hace unos 10 años la competencia ha incrementado en el negocio de emplasticar los certificados de votación.
“Antes había que saber hacer este oficio ya que era más complicado.
Con las máquinas artesanales dura más el emplasticado, pero ahora todos pueden las máquinas eléctricas”, relató Sipión.
Alberto Angulo deja sus labores de albañil y arma su equipo para ganar dinero en elecciones.
“Hay años en que he ido a la provincia de Bolívar, hay menos competencia, pero desde hace unos cinco años me quedo en Babahoyo”, contó el hombre.