Con la ropa mojada puesta y unos sin camisetas debieron pernoctar allí porque no tenían a donde ir, su vivienda estaba “sumergida”, el aguacero de la noche del jueves hizo que el agua suba casi dos metros, en su casa, ubicada en la cooperativa 10 de Agosto, José lo perdió todo.
Cinco neveras, dos congeladores, una computadora, una laptop, celulares, dos microondas, camas, colchones, muebles y hasta gallinas fue lo que se “llevó” la lluvia.
El hombre de 46 años afirma que en la vivienda habitan 14 personas, de familias afines, y que allí llegaron hace 25 años.
“Soy padre y madre de mis tres hijos, desde hace cinco años, trabajo en el campo y anoche (jueves) descansaba cuando empezamos a inundarnos. Es la primera vez que pasa esto”, manifestó.
La casa de José es una de las 45 que según el municipio se vieron afectadas por el fuerte aguacero del jueves y la madrugada de ayer.
Al lado de los Villalba vive Gustavo Reyes, su hija y un nieto. El hombre estaba triste porque sus cosas se dañaron, “me he quedado en la calle”, expresó.
El agua invadió su morada, subió más arriba de la puerta. “Anoche (jueves) llegaron unos señores y nos dieron colchones y almohadas, creo que son del municipio. Los bomberos vieron que estábamos ahogándonos, se dieron la vuelta y se fueron”, aseguró.
Gustavo dormía y pudo salir a tiempo cuando el agua le llegaba a la cintura.
En la Villa Florida. Hace tres días Dufer Reasco lamentaba como su vecina, Sandra Fuentes, sufría por la inundación de su domicilio, ahora lo vive en carne propia.
Dice que son designios del Apocalipsis.
“Eso se vino como una bomba, a las nueve de la noche estaba todo colapsado. Con favor de Dios el único perjuicio que tengo es que la casa está con un metro de agua, habrá más personas que están mucho más necesitadas que yo”, refirió.
La noche del jueves Dufer pudo precautelar sus bienes donde un vecino. Habita en la cooperativa Villa Florida.
Teresa Ruiz dice que en 24 años es la primera vez que se inundan, “por un trabajo mal hecho, una alcantarilla muy insuficiente”.
Allí residen once personas. Recuerda que cuando empezó a llover fuerte, a las ocho de la noche, no estaban allí, pero llegaron a tiempo porque en cuestión de segundos, el terrerno de al lado se empozó.
Colchones, refrigeradoras, cocinas se dañaron, pero pudieron rescatar la mayoría de sus enseres.
Sandra Fuentes fue la más afectada, el agua lluvia y de una alcantarilla cubrió todo el inmueble, “sobrepasaba el techo, ahora ha bajado un poco”, dijo un vecino.
La mujer perdió un perro.
Laura Delgado es una de las vecinas más perjudicadas. En sus 14 años es la primera vez que sufre una inundación de esa magnitud, el agua subió dos metros. “Esto ya no es para habitar. En media hora se llenó todo”, lamentó.
Ella solo salvó los muebles y una refrigeradora.
Sostiene que las tuberías no abastecen, “siempre hemos pedido un encajonamiento pero nunca nos toman atención”.
El taponamiento de una alcantarilla, que está detrás de las cinco propiedades inundadas, originó la emergencia.
Ayer maquinaria municipal abrió una zanja que sirvió como desfogue y los bomberos usaron una bomba para evacuar el agua hacia una quebrada donde pasa un estero.
Cayó una casa. En la cooperativa 30 de Julio, sector 3, parte de una vivienda de madera y cemento se desmoronó hacia una quebrada.
Luis Bustillos, de 68 años, cuenta que a las once y media de la noche estaba durmiendo y sintió un temblor, pensó que era un terremoto, y sólo pudo agarrar el cilindro de gas.
El adulto mayor radicaba allí, en las calles Morona y Pasaje Guayas, desde hace 25 años y ahora va a la UCOM donde un hijo.
El municipio además reportó emergencias en el asentamiento El Vergel, de la cooperativa Santa Martha; en la Liberación Popular con seis viviendas y vehículo afectado; cooperativa Los Alpes.
Además, el daño de las calles Marañón y Jama, en la UCOM 1, donde se produjo un socavón de unos dos metros de diámetro.
Se fue la vía. Tres hombres vivieron para contarlo. El vehículo en el que iban cayó a un abismo que se abrió con el colapso de un tramo del baipás Quito-Quevedo, sector de la gasolinera de Unitaxis, donde una alcantarilla presentaba daños.
Javier Vásquez fue testigo y dice que a las dos y media de la mañana un fuerte ruido, que surgía desde debajo de la calzada, lo despertó. Era la tierra que cada vez cedía, la alcantarilla que hay en el sitio había colapsado, pero como la carretera aún no evidenciaba daños, los vehículos seguían su trayecto, hasta que se fue la mesa de la vía.
“Los vehículos no hacían caso porque la vía se veía sana, pero por debajo se estaba desmoronando y de un momento a otro se hundió, un carro no hizo caso a la señal reflectiva y cayó, había un patrullero”, contó.
Añadió que los viajeros salieron casi ilesos después de unos 25 minutos con la ayuda de los bomberos y fueron atendidos por una ambulancia.
El gobernador Rodrigo García dijo que se estima que la vía se habilite de manera provisional dentro de 24 horas.
Carlos Vera, director provincial del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), informó que ayer maquinaria de la entidad se encontraba trabajando en el sitio y se colocaría una tubería de dos metros de diámetro.
Sostuvo que lo que allí sucedió fue el colapso de una alcantarilla debido a las lluvias.
El baipás es estratégico para los carros de carga que viajan hacia Quito y es un paso que permite descongestionar el tráfico de las calles céntricas.
En la zona rural. En la comuna Las Mercedes, vía Cocaniguas 3 Julio un deslizamiento de tierra obstruyó la circulación peatonal y vehicular.
En el recinto 30 de Noviembre de la parroquia Luz de América, se reportó la obstrucción de un puente badén y una alcantarilla.
En Santa María del Toachi, recinto Moralito, la crecida del río arrasó con el relleno del puente, dejando a la población incomunicada.
También en el sector La Reforma se registró el taponamiento de dos puentes: uno en el río Cristal, y el segundo, en Colinas del Cristal.
El viceprefecto Ricardo Hasegawa informó que de las 61 emergencias atendidas durante el invierno, 13 están pendientes por intervenir.
Se activó el COE. Ayer se activó el Comité de Operaciones de Emergencias (COE), en el ECU 911, donde se conoció y evaluó los eventos suscitados.
El gobernador explicó que en la actualidad, por el fuerte temporal, la provincia se encuentra en alerta naranja, lo que permite disponer de recursos las 24 horas.
El alcalde subrogante Raúl Quezada dio a conocer que se atendió con evacuaciones de familias afectadas, entrega de ayudas humanitarias, limpieza de alcantarillas y sumideros.
Además se ha levantado la información pertinente de los daños ocasionados.
El Patronato Municipal con la colaboración de los agentes de control municipal llegó con ayuda humanitaria a más de 40 familias.
Se entregó 29 colchones, 29 cobijas, 29 almohadas, 29 toallas y 15 kits de aseo. Además 17 familias y una persona fueron trasladadas hacia hogares acogientes, cercanos a los lugares afectados.
También se gestiona y coordina el funcionamiento de albergues.
El próximo miércoles se reunirá el COE para evaluar la situación y estará activo mientras dure la alerta.
RECOMENDACIONES ANTE LAS LLUVIAS
- Conducir a baja velocidad y con luces intermitentes.
- Evitar contacto con postes o cables de luz.
- Si acuden a ríos permanecer en zonas seguras y acompañados.
- Informarse de medios oficiales.
- Limpiar cañerías y alcantarillas internas de las viviendas.
- Revisar los techos para verificar que estén en buenas condiciones.
- Mantenga limpias las terrazas.
- No arrojar basura en las calles, lotes vacíos ni en quebradas para evitar taponamientos, inundaciones y brotes de epidemias.
- Mantener limpias las rejillas y sumideros.
- En caso de presentarse algún incidente, llamar al 911.