Hasta ayer se pudo hacer ruido, prometer lo que se les ocurriera, hacer campaña sucia, mentir y dar abrazos falsos a los pobres. Para los “millonarios” (gracias a la política) que en esta época han tenido que “ensuciarse” en los barrios ha sido un alivio el fin de la campaña, aunque no lo digan –porque perderían los votos que han logrado saludando con beso a quienes jamás han visto y comiendo “de todo” para parecer del pueblo (que en el fondo detestan)–. Pero los ciudadanos, señores políticos, sí decimos gracias que se terminó esta ruidosa y millonaria campaña.