Hay cosas para las que nunca se está preparado. Y, como dicen todas las madres, en la marcha se aprende. Estoy explorando un nuevo mundo: el perruno. La industria de accesorios y alimentos para perros es tan extensa, que no tienen idea de todo el stock que hay en percha: va desde tetas de plástico hasta disfraces. Me paseo por los estantes, reviso, toco, huelo, me enternezco; quisiera también meterlo en la casita de Mickey, en la camisita de cuadros, y comprarle esa colonia que huele tan rico. Me detengo. También hay que vacunarlo, comprarle las pepas, juguetes, procurar que no se enferme, procurar no morir antes que él, porque sino quién lo cuida. Procurar no morirte cuando él cumpla su ciclo de vida, porque siempre quedas roto, irremediablemente algo pasa corazón adentro. Decido comprar algunas cosas, en la medida de lo posible razonablemente. Después de que el último perro de la familia muriera a causa de un tumor, he decidido adoptar. Se llama Pappo. Juntos seremos hogar.