Varias veces, cuando quiero saber qué opinan los concejales de Montecristi sobre temas como la grúa ilegal que puso la empresa de parqueo que regula las calles céntricas del cantón, el descuido del Paseo Lúdico, el cerramiento del cementerio, los trabajos inconclusos de las calles de la parroquia Aníbal San Andrés, entre otros asuntos, he ido de cuatro a cinco de la tarde y nunca están en el municipio. Pregunto a los funcionarios municipales dónde quedan las oficinas de los concejales, me contestan que ellos no tienen despacho, que sus labores las realizan unos en las instalaciones del auditorio Víctor Véliz, y otros pasan por las inmediaciones de la plazoleta Alfaro.