Caso. Lombardo Roldán,  de 63 años, es uno de ellos. 

Él contó que a base de este trabajo, que ha desempeñado por 20 años, logró darles el estudio a sus tres hijos y convertirlos en profesionales, pero reconoce también que en la actualidad apenas saca para comer.  “Mis hijos son profesionales, uno es mecánico en aviación en la Armada del Ecuador, mi hija es Ingeniera en Administración de Empresa y mi último hijo es licenciado en Comunicación Social y en Idiomas”, dijo Roldán.  Relató que su casa   la logró construir gracias al esfuerzo de su trabajo.

Esfuerzo.  El vulcanizador contó que la situación ahora está mala, razones por las que el trabajo a bajado. “Antes yo tenía tres trabajadores, ahora tengo uno, aquí se gana poco desde las 07h00 hasta las 16h00 se logra hacer es uno diez dólares nada más”, mencionó el maestro vulcanizador, quien contó que hace algunos hace se hacía desde 30 hasta 40 dólares por día. 

Julio Henríquez, quien tiene su vulcanizadora en la vía Babahoyo-Montalvo, comenta que los ingresos de su negocio apenas alcanza para mantenerse. 

“Aquí a los trabajadores se les paga mitad por mitad, si se trabaja ganan sino no, hay días en que solo se hace unos cinco o diez dólares, sin embargo uno aquí ha invertido comprando máquinas nuevas para brindar un mejor servicio”, sostuvo Henríquez.  Ser vulcanizadora tiene un poco de riesgos, porque este oficio requiere de mucha fuerza, ya que lo neumáticos son extraídos por los obreros de autos y camionetas que llegan a pesar  hasta 50 libras, según comentó Lombardo Roldán.  Los ‘llanteros’ creen que la llegada de nuevos equipos y la tecnología han afectado su trabajo.