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Manta
Eulogio y los 500 pozos

Eulogio Delgado tiene 65 años, y casi la mitad de su vida se ha dedicado a construir pozos.

Jueves 09 Agosto 2018 | 11:00

Esando sus manos, la fuerza, la experiencia y una barra de metal, Eulogio Delgado ha construido cerca de 500 pozos. 
Actualmente está construyendo uno en Jaramijó, y después de tres semanas de trabajo solo le faltaban cinco metros para encontrar agua. Lo sabe porque la tierra que va sacando de los 25 metros de profundidad que tiene el pozo es cada vez más húmeda. 
Él es oriundo de la comunidad Bajo del Pechiche de Montecristi, donde una de las formas de abastecerse de agua en verano es sacándola de los pozos. 
De hecho, en la construcción de uno de esos, que tiene más de 40 años, participó su abuelo, por lo que su oficio es de familia, dice. 
Eulogio en su trabajo mezcla la experiencia con las herramientas modernas. Para saber dónde hay agua, usa dos trozos de alambre en forma de V y empieza a caminar por el lugar donde se quiere construir una de estas fuentes. Cuando las varas vibran, es que en ese lugar hay una corriente de agua subterránea, y es el sitio para empezar a cavar. 
Para ello construye una especie de andamio con caña guadúa, donde coloca una polea que sirve para que los cavadores ingresen al hoyo y también para jalar los recipientes con la tierra hacia la superficie. Los cavadores usan barras de metal, y solo cuando hallan rocas en su camino utilizan un martillo eléctrico que les permita el paso. 
Mientras tanto, otros de sus colaboradores se encargan de hacer una mezcla de cemento que colocan sobre un molde redondo. De allí salen los anillos con los que será revestido el pozo. Deben hacer 50 de ellos. 
Eulogio necesita cinco personas para hacer brotar agua de la tierra, dice. Además, por sus años en este trabajo conoce el tipo de tierra, cuándo podría haber un derrumbe y cuándo no, dice. Por ello toma sus propias medidas de seguridad, como revestir la tierra frágil con una delgada capa de cemento.  
 
>Su inicio. Eulogio en el oficio tiene más de 35 años, y el primer pozo que construyó fue en su comunidad, pero también lo ha hecho en provincias como Esmeraldas y El Oro. Cuenta que estos son más requeridos en lugares donde no hay una fuente de agua cerca, y en terrenos usados para sembríos de ciclo corto, como choclo, sandía, melón y habichuelas. También en ganadería. 
Los costos de los pozos varían según su profundidad: uno de 20 metros tiene un costo de seis mil dólares, el de 30 bordea los 15 mil y cada uno puede durar hasta cuarenta años produciendo agua.  
Eulogio aprendió a hacer pozos de su padre, y no se llevará sus secretos a la tumba, porque uno de sus hijos lo acompaña y quiere seguir con la tradición. 
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