Según los comerciantes, este producto era muy popular entre las décadas de 1960 a 1980. La gente los compraba junto a la tusa seca de maíz como implementos indispensable para bañarse.
En la actualidad este producto es utilizado, pero en menor cantidad, por campesinos, adultos mayores y profesionales de diferentes ramas que lo prefieren para tratar el mal olor del cuerpo, la caspa y la picazón de la piel.
Este jabón es preferido además en el mundo del esoterismo, para baños de buena suerte y alejar las malas energías, más conocidas como ‘mal bajo’, muy común en el lenguaje popular de la localidad.
Artesanal. Martha Zapata comentó que este producto se fabrica de manera artesanal y llega a los mercados y tiendas de Babahoyo procedente del cantón Balzar (Guayas), a un costo de 50 centavos de dólar.
La comerciante comentó que se lo fabrica con sebo de res, cenizas del tallo de banano y otras plantas como el jaboncillo.
Luego es mezclado a fuego lento en grandes pailas hasta que se forma una masa espesa, posteriormente es colocada en una mesa o en un molde para elaborar pequeños trozos y darles forma manualmente.
El comerciante Elías Arias recordó que sus padres y abuelos usaban este jabón para bañarse en la orilla del río, porque ayudaba a una limpieza total de la piel, a diferencia de los nuevos jabones que contienen químicos.
Arias agregó que el jabón prieto, en ocasiones, es usado por amas de casa y universitarias que buscan reducir los problemas de resequedad y estrías en la piel.