Expectativa y emoción embargaban a las aspirantes en Quito, que ayer amaneció bajo la lluvia, circunstancia que no impidió que acudieran al Fuerte Militar “Marco Aurelio Subía”, en el sur de la capital, para posicionarse entre las primeras de dos filas de más de 500 metros junto al acceso.

Acceso. El sistema de clasificación era tan precario como austero: las primeras 50 mujeres que accedieran a la base entraban al proceso de clasificación. El resto debía esperar todo el día hasta que se supiera si iban a ser requeridas.

“Estamos empezando, es la primera vez”, se justificó el coronel Hugo Gómez Pozo, comandante de movilización en el Fuerte, consciente de la situación fuera del predio militar en el barrio de El Pintado.

Una espera marcada por lo que en Ecuador se ha convertido en una jornada histórica, por ser la primera ocasión en la que las mujeres pueden acceder al servicio militar voluntario.

Cupos. El primer cupo incluye a 199 mujeres, 50 en Quito, otras 74 en dos bases de Guayaquil, otro medio centenar en Cuenca y otras 25 en Manta. 

El coronel Gómez explicó que en las Fuerzas Armadas ya hay mujeres, pero su entrada ha sido siempre desde las escuelas profesionales, nunca reclutadas para el servicio voluntario.

Muchas de las aspirantes, sobre todo aquellas que venían de otras ciudades, comenzaron a hacer cola desde el viernes, con el fin de poder acceder a los primeros puestos de la fila.

Manabí. En Manta se presentaron 225 mujeres en la Dirección de Movilización de las Fuerzas Armadas. El espacio era para 25, mientras que para los hombres el cupo fue para 175.

Rostros de decepción y otros de alegría se observaron tras las pruebas médicas, psicológicas y físicas a las que fueron sometidas las aspirantes.

Ellas fueron sometidas a exámenes de sangre, revisión ginecológica, oftalmológica y ritmo cardíaco. También fueron sometidas a un examen psicológico.

Yadira Valencia (20) está entre las 25 mujeres que harán la conscripción. Ella es de Santo Domingo, vino sola y preparada para el acuartelamiento. Contó que llamó a su madre para decirle que pasó la prueba. 

Fernando Cabo, representante de la Dirección de Movilización, dijo que las 25 seleccionadas serán  acuarteladas en la Base Aérea de Manta, donde ya existen las facilidades para la estadía y privacidad de ellas. Estas jóvenes como sus compañeros tendrán el mismo entrenamiento físico y académico. 

Víctor Sánchez, jefe del centro de movilización de Portoviejo, comentó que en esta ocasión hubo cupos disponibles para el acuartelamiento de 70 hombres.

Quienes no obtuvieron  cupo lo pueden intentar en marzo del 2019.