El evento fue dirigido por la investigadora y musicóloga Karina Clavijo.
Los tambores empezaron a sonar en la Sala del oro, plata y cobre del Museo, mientras la potente voz de la artista quiteña Karina Clavijo, acompañada de Pina Chila y Johana Jara, interpretaba una canción tradicional afro que fue acompañada por los asistentes, quienes movían manos y pies al ritmo de la música.
Clavijo realizó estudios sonoros en Tonchigüe, Muisne, Borbón, en Esmeraldas. Fue la guía invitada del MuNa y explicó el origen africano de los ritmos afroesmeraldeños, y destacó la figura de Alonso de Illescas: “En Esmeraldas se cuenta que a finales del siglo XVI, en el barco de Alonso de Illescas, líder del cacicazgo Reino de los Zambos de Esmeraldas, venían 16 africanos que lograron salvarse, y con ellos su idioma y su cultura”.
El lado religioso. Los tambores se trasladaron a otra de las salas del Museo Nacional del Ecuador junto a un cuadro de la Virgen.
En ese sitio se explicó acerca del origen de la música afroecuatoriana y la diferencia entre los ritmos del Valle del Chota y los que se entonan en Esmeraldas.
Los asistentes al encuentro cultural tuvieron la oportunidad de conocer a los dioses africanos que dieron origen a parte de la música y la cultura de este lado del continente. Además, se trató de Elegua, el niño que limpia los caminos; Oshun, la diosa del amor; Yemayá, la diosa del mar, y Changó, el dios de la justicia.
También se habló de los arrullos, los chigualos y los alabados, manifestaciones sonoras que están presentes en fiestas religiosas, de familia o en ceremonias fúnebres.
La marimba, la conga, el wasá y el tambor sonaron en la última sala a la que llegó la visita guiada, y en este espacio las personas interactuaron con los instrumentos y los ritmos para apropiarse de la música afroesmeraldeña.