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Aeropuerto de portoviejo, deuda por cobrar
Aeropuerto de portoviejo, deuda por cobrar
Por: Irina Bowen
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Domingo 29 Julio 2018 | 06:00

 El 9 de diciembre del 2011 se cerró el aeropuerto Reales Tamarindos por disposición de la Dirección de Aviación Civil, que en esa fecha notificó el cese de sus actividades a sus empleados; todos los periódicos locales y nacionales daban la noticia. 

No se entendía y mucho, menos se entiende hasta ahora por qué seguimos después de tantos años sin una alternativa para compensar tanta pérdida y tanto atropello al dejar sin operar un aeropuerto y sin haber indemnizado a la ciudad. 
El Presidente de entonces ofreció una vía directa al aeropuerto de Manta y el alcalde actual ofreció un centro de convenciones en los terrenos y un nuevo aeropuerto en otro lugar; promesas incumplidas y nueva burla a nuestra ciudad. 
Han transcurrido siete años desde su cierre; una decisión ilegal, arbitraria y política fue la que dio paso a esta suspensión de vuelos, al despido de 26 empleados, a tirar al tacho de la basura 80 años de operaciones del aeropuerto Reales Tamarindos y una inversión de casi dos millones de dólares en repotenciación previa a este cierre. 
¿Por qué después de una resolución de la DAC en el 2010, que subía de categoría al aeropuerto y se había invertido millones de dólares, deja de funcionar esta terminal aérea? Pregunta en el aire, pero digna de investigar.
La historia nos cuenta que jamás hubo un accidente en este aeropuerto, terminal complementaria por estar dentro del continente, lo que nos da la razón técnica para el reclamo de nuestro derecho a mantenerlo. 
Nos cortaron las alas y la oportunidad de mantener un servicio de movilidad rápido, eficiente y generador de crecimiento económico, pues siendo Portoviejo la capital de Manabí, es una ciudad con categoría administrativa y de negocios. Haber eliminado el aeropuerto nos da un indicador del retroceso vivido; y lo peor de todo es que con justificaciones de movilidad hoy quieren intervenir estos terrenos.
Después del terremoto, los proyectos y planes cambiaron para quienes vivimos en  Portoviejo; con el dinero que se recaudó para las ciudades afectadas por este desastre natural, más de tres mil millones de dólares, bien nos hubiesen dado un nuevo aeropuerto, un centro comercial a la altura de la capital, una ciudad regenerada y una reactivación económica digna de nuestros hermanos manabitas. Pero, oh sorpresa, los miembros del Comité de Reconstrucción no entendieron la Ley de Solidaridad y comenzaron a desarrollar, a vista y paciencia de todos nosotros, el financiamiento de  obras nuevas que nada tenían que ver con reconstrucción y reactivación económica.
Ya vendrán las investigaciones, ya darán cuenta las autoridades de sus decisiones, ya veremos cómo devuelven lo utilizado en todo aquello que no fue reconstrucción, ya explicarán a los ciudadanos la falta de reactivación económica de los hermanos manabitas. Se olvidaron de todo, menos de gastarse el dinero de la Ley de Solidaridad. “¿Y si antes de empezar lo que hay que hacer, empezamos lo que tendríamos que haber hecho? Frase sacada de una tira cómica pero que tiene sentido cuando hacemos último las cosas que debieron ser primero; porque se olvidaron de las prioridades.
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