Jesús Mendoza expende este fruto en la vía principal del sitio Pimpiguasí, en Calderón de Portoviejo.
Allí mantiene agrupada una buena cantidad de cocos, pero asegura que en menor cantidad a diferencia de años anteriores.
“El invierno fue malo. Se ha escaseado el coco y las personas que estaban acostumbradas a comprarlo barato, ahora ya no quieren pagar al precio que está”, comenta.
El precio al por mayor era de 50 centavos y ahora está en 75 centavos, porque la cosecha no es buena.
Cada palmera que producía hasta 60 cocos, ahora da entre 20 y 30.
David Casanova cosecha y expende el fruto en este sector, y afirma que en los 35 años que tienen este negocio, es la primera vez que el coco se escasea tanto que comerciantes de otros sectores llegan a buscar el fruto en las propias plantaciones.
Pese a eso, dice estar optimista de que en tres meses salga la nueva cosecha.